Hagamos un poco de historia.
Corrían los años 90 con una fuerte e impulsiva campaña de bandas extranjeras en el medio local. Habíamos tenido la dicha de que Rod Steward, la cruzada de Sting con Amnistia International y Cindy Lauper que llegaron a nuestro país para realizar megaconciertos a tablero vuelto en el Estadio Nacional. Junto con ello, el festival de Viña también hacia lo suyo (ver escritos anteriores) pero nada comparado con lo que estaba pasando a nivel de las nacientes productoras, que estaban trayendo a las bandas más renombradas de los años 80 y que deseaban estar bajo grandes sumas de dinero en nuestro país.
Las bandas de rock metal que llegaban al territorio irrumpían no con la sonoridad de las estrellas pop del momento; se presentaban en lugares pequeños como anfiteatros, recintos de cine arte o galpones que podían albergar aproximadamente a 2500 personas bien apretadas pero con la adrenalina y el movimiento de cabezas más explosivo y contenido de ese instante. Y todo iría a bien salvo por una pequeña salvedad: la sociedad chilena observaba espantada como distintos hechos sacrílegos contra distintas tumbas en los cementerios de las más importantes ciudades de Chile, una de ellas en Valparaíso, estaban siendo maquinadas por distintos "grupos satánicos" los cuales agarraron más fuerza en noticieros y prensa escrita cuando Providencia TV, una productora de las tantas que había en ese momento, anuncia la venida de Iron Maiden; y la iglesia católica, específicamente el Obispo Auxiliar de Valparaíso Javier Prado, pone el grito de alarma en el gobierno e indica que la venida de este grupo a nuestro país estaba atrayendo elementos foraneos como el satanismo, la drogadicción y el alcoholismo solicitando expresamente que no ingresaran a Chile. Y vaya que tuvo resonancia en las esferas políticas más cercanas a la iglesia católica, y que coincidían con la administración de turno perteneciente en su mayoría a la Democracia Cristiana.
Ahora bien: se menciona que el gobierno no tuvo reparos en la presentación de Bruce Dickinson y compañía, argumentando claramente que si no pasaban a llevar la moral y las buenas costumbres ellos podían presentarse sin problemas; sin embargo, las iglesias moralistas, evangélicas y católicas comenzaron a maquinar elementos no solo para la NO presentación de este grupo sino además de la banda francesa Mano Negra y, en un documental que también menciona el hecho, de la venida de Madonna en 1993. La prensa también hizo lo suyo en especial diarios como La Segunda y El Mercurio, como así también diarios como La Nación y La Tercera hicieron sendos reportajes sobre "el satanismo"; también hubo entrevistas a personajes como Humberto Lagos -en ese entonces y por mucho tiempo más, el Director de la oficina nacional de asuntos religiosos del Gobierno de Chile- quien, traducción precaria de las letras en mano, mencionaban la trascendencia satánica del grupo.
Con todo, y en base a otro tipo de actividades (que desconocemos si se realizaron o no) la municipalidad de Santiago, en ese tiempo bajo la administración de Jaime Ravinet, no pudo "facilitar" para esa fecha la Estación Mapocho debido a una reunión agendada con anterioridad de varias juntas de vecinos que, coincidentemente, se presentarían en reuniones de capacitación para esas fechas; la productora trató de cambiar la presentación y el recinto pero fue imposible. Con el fin de estos conciertos y la ya grosera manipulación de las iglesias en el gobierno, se trató de gestionar con la banda para que llegaran como turistas al país pero, en vista de los hechos decidieron no asistir ni siquiera en este plan dejando a Luis Venegas, encargado de la productora, hablando en conferencia de prensa que la banda NO se presentaría en Chile debido a las presiones de la iglesia y de la, además, "poco fortuna" de las reservas de la estación para el concierto.
El papelón ya estaba lanzado y, pensando que esto quedaría en privado y dentro del anecdotario más ordinario de la historia musical de nuestro país, la noticia voló al viejo continente y John Major, primer ministro de Inglaterra en ese entonces, solicitó explicaciones públicas del porqué no se dejó entrar a la banda a nuestro país argumentando además que la medida tomada era de corte "medieval" en todos sus aspectos.
El paso del tiempo hizo que estos metaleros quedaran con el grito guardado en la garganta hasta el año 1996 cuando en un Teatro Monumental -actual Teatro Caupolican- atestado de gente se presentara Iron Maiden pero sin Bruce Dickinson, alejado de la banda por diferencias y encaminado en su proyecto solista, sino que estaba en la voz Blaze Bayley quien fue insultado y escupido por el respetable y que de no ser por Steve Harris quien amenazó con detener el show si seguían con la misma actitud quizás que habría pasado si el público se desborda y se enfurece aún más. Quien pagó caro la impotencia y la ansiedad de las personas que estaban ahí fue la banda "Héroes del Silencio" quienes solo estuvieron pocos minutos en el escenario como banda telonera ya que al baterista le llegó un trozo de madera que le dejó una profunda herida en su cabeza.
El tiempo nuevamente los trajo a nuestro país. Bruce Dickinson no se alejó nunca más de la banda y el 2001 volvieron para esta vez estar en la pista atlética del Estadio Nacional. El 2004 se repitió el mismo lugar junto con el 2008 y un Dickinson que apuntaba hacia el Nacional indicando que no descansaría hasta presentarse en ese lugar. El 2009 fue en el Club Hípico llenandolo con más de 60 mil personas que disfrutaron a más no poder de esta banda; muchos indicaron que Chile es y será el lugar favorito para que la banda se presente una y otra y otra vez. A tal punto que el 2011 lograron su objetivo grabando, además, un DVD que salió el 2012 llamado "En Vivo" mostrando el concierto en nuestro país lo que es un logro a nivel mundial, como así también un premio a la paciencia y un triunfo por sobre las personas que observaban a esta banda con una chapa de "satanismo" impuesta de muy mala forma.
Solo el tiempo dirá cuantas veces se deberá pagar el tributo. Lo que si se sabe es que ese tributo volverá con creces a sus feligreses.
KFP!

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