Miryam Henríquez Reyes tenía 15 años cuando el 2 de diciembre de 1992 fue al Estadio Nacional a ver a su grupo favorito, la banda Guns'n Roses. Era una de estas ocasiones en la que los denominados "megaconciertos" florecían como callampas después de la lluvia; Rod Steward, Cindy Lauper, Bon Jovi y otros más lograron el éxito completo en sus presentaciones, superando ampliamente las expectativas de un público que quería a más no poder ver a sus artistas favoritos, pero que debido a 17 años de dictadura, en donde la única posibilidad de ver artistas extranjeros era el festival de viña y el unico rockstar que llegó a sembrar el pánico era el Papa Juan Pablo II en 1987, poco se le podía pedir que tuvieran paciencia, respeto y por sobre todo, aguante, mucho aguante; porque si hay algo que en ese entonces el fanático de los Guns debía tener, era paciencia.
Miryam Henríquez Reyes debía afrontar ese tema, mezclado con las iniciales altas temperaturas de primavera bordeando el verano, en un espacio minúsculo, con varias personas que comenzaban a empujar una y otra vez las filas y los lugares habilitados para poder ingresar rápidamente y así tener un buen lugar. En varios documentales, en especial el denominado "Metalgate" se menciona que la cultura de los conciertos a finales de los años 80, más bien era vista como quien iba a una discoteque, es decir, con ropa de discotheque y maquilladas las señoritas y sus peinados como si fueran a bailar más que otra cosa.
Nada más errado en ese entonces.
Y es en este punto donde a veces me nace saber si efectivamente Miryam Henríquez Reyes, de 15 años, fue vestida como si se tratara de una discotheque. Eso nunca lo sabremos. Lo que si sabemos es que, retomando el tema de la cultura de los conciertos, el clásico empujón para poder avanzar sin que importara nada ha cobrado varias personas heridas e inclusive muertas. Ese empujón hacia los demás para avanzar y tener un buen espacio, más aún con los Guns'n Roses, más que una bendición llegar y estar en la reja, se transformaría para muchos en una tortura gigantesca. Y ya que hablamos de torturas, ese show en Santiago tendría el trasfondo de una batalla épica entre lo que se consideraba como normal y lo que se asomaba como "ordinario".
Esta banda de New York se había ganado la aceptación del público latinoamericano desde mucho antes con el disco "Appetite for destruction" del años 1987 donde sonaba lo más graneado de la banda y por lo que se hicieron conocidos en el ambiente. El año siguiente salió el disco "G n' R Lies", sin mucha relevancia, y tiempos después con el "Use your Ilussion 1 y 2", que los traería a estos lares. Extrañamente, mucho de los exitos de los Guns los escuchamos de manera tardía, en especial del "Appetite (...)"; usted comprenderá, que con la excesiva censura existente, más aún en esos tiempos en donde escuchar cualquier canción en otro idioma era interpretado como una "consigna política", que los discos y sus videos promocionales llegaran intactos producto de la censaura,y con tiempo a los canales de televisión, era mucho pedir. La gira de estos últimos discos los trae a Sudamérica donde pasarían por Venezuela, Colombia, Argentina y Brasil, y Chile no sería el mejor escenario para hacer florecer el concepto de paciencia.
Una persona que vivió en experiencia propia el accionar de la banda es Alfredo Lewin, que en ese tiempo lideraba la agrupación "Diva" y que fueron los teloneros de los Guns. Este indica que las primeras dos canciones iban bien, pero que después de la 3° canción la gente no los quería a ellos; querían ver los Guns, pues por eso pagaron su entrada, no para ver al telonero presentarse en varias oportunidades. Pasaron las horas, los integrantes de la banda llegaron demasiado tarde y Axl debía realizar todas las acciones que ellos consideraran como necesarias como sus masajes, sus sesiones de vocalización, quizás beber más allá de lo evidente; ellos, eso si, no sabían, la gran batalla que se les venía por delante, con un público demasiado molesto, cansado, con ganas de mandarse a cambiar y que tenía una bronca con la banda por el hecho de tocar a la hora del cuerno -como a las 12 de la noche-.
Y sin hacer esperar más a la fanaticada, deciden partir con "It's so easy", y la fanaticada los recibe de la manera más amable posible: a través de una lluvia de escupitajos, marraquetas y botellas de vidrio que por suerte no le llegaron a la banda en pleno concierto porque de ser así, y mucho antes que la de Rage Against The Machine en 2010, esa hubiera sido la verdadera "Batalla de Santiago"; después de varias advertencias de un molesto y ofendido Axl Rose y previa charla de una traductora argentina, los ánimos se calmaron y el show se retomó hasta pasadas las 01:45 de la mañana, con un público feliz pero enojado (a los más Rafita Gorgory) y con varios detenidos tras el show por posesión de alcohol y drogas. Ahora, si creían que esto había terminado, esto seguía en el hotel, donde se desató una gran fiesta con alcohol y drogas, y muchas, muchas mujeres, que es lo que consigna finalmente el lugar donde se hospedaron. El nivel de distorción era tal que, al irse la banda de Chile, fueron retenidos en policía internacional pues en el cuarto encontraron -aparte del desorden y todo lo que pudieras pensar- papelillos con cocaína y debían responder a la justicia, cosa que nunca pasó pues el poder del abogado de una banda estadounidense todo lo puede.
Pero la otra batalla se había iniciado durante la espera y se perdió una semana después.
Miryam Henríquez Reyes, de 15 años, no aguantó los empujones y recibió todo el peso y los pisotones en su humanidad; una horda de personas le pasó por encima, donde no dudamos que le llegaron patadas, cuerpos empujados por encima y golpes en la cabeza; ella yacía técnicamente muerta, pero aún con signos vitales. Imaginarnos que pasaba por su pensamiento es algo muy pretencioso de mi parte, pero pienso que así como esperas que todo termine para poder levantarte, sacudirte y seguir andando, supongo que ese pensamiento estaba ahí, su espíritu al menos debió pensar en ello. Llevada de inmediato al hospital, su condición era grave: fue conectada a un respirador artificial y quedó en un profundo coma donde terminó falleciendo 5 días después. Se dice que la banda, días después de lo ocurrido en el país emitieron un comunicado donde lamentaban la situación ocurrida en Chile y también en Argentina. ¿Como, en Argentina también pasó una estampida?, No; cuento corto: una adolescente de 16 años fue al hotel donde se alojaba la banda y fue sorprendida en televisión por su padre quien, después de regañarla duramente y tras mencionarle que no iba a ir al recital, esta se encerró en el baño y se desarrajó 3 tiros que terminaron dejándola moribunda y un padre que al darse cuenta de esto se terminó pegando un tiro en la sien falleciendo de manera inmediata; ella, al pasar los días, terminó también falleciendo.
¿En qué universo estará ahora Miryam Henríquez Reyes, de 15 años, que falleció por esperar a su banda favorita? Esperemos que su espíritu esté tranquilo y que desde la mejor de las graderías pudiera por fin verlos, así como le gustaban: desordenados, caóticos, pero también siendo una de las tantas figuras del rock de comienzos de los años 90.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario