jueves, 24 de abril de 2025

Mazapán, (mi) la dulce infancia.

Esta es la historia de como un grupo de mujeres se juntó para hacer música para niños cuando nadie pensaba en ellos, como lograron la fama y como terminaron siendo despedidas del canal donde trabajaban por negarse a tocar para la señora del dictador. Con ustedes, Mazapán.

Si les pregunto qué canciones recuerdan de su niñez, sea jardín infantíl o clases de música, dirán las de siempre: "Alicia va en el coche", "Caballito Blanco", "Hace tuto, guagua...", entre otras. Digamos que el catálogo en los años 60 y 70 era lo que te acabo de enseñar; para los niños no había un registro de audio con canciones que fueran para ellos, para su educación o entretención. Quizás Clara Solovera o Charito Cofré habrán tenido alguna tonada infantíl pero no era de máxima difusión pues las canciones hablaban de otras cosas como el amor, el esfuerzo, la lástima. ¿Que es es eso de cantar canciones a los niños, que es eso de que tienen que estudiar? Si el niño a los 8 años ya era hombre y debía aportar para la casa. Un discurso muy aceptado y común en esa época. 

Fue a fines de los años 70, en plena dictadura, que 4 chiquillas pertenecientes al Instituto de Música de la Universidad Católica formaron "Fortegara", un cuarteto de flautas y viola que tenía por propósito hacer música antígua y entregar charlas de la historia de la música en varios colegios. Carmen Lavanchi, Cecilia Echeñique, Michelle Salazar y Cecilia Álamos fueron la base a la que después, y debido a que Carmen era la ayudante de varias de sus compañeras en el Instituto, sumó a Lulú Corcuera, Verónica Prieto y Victoria Carvallo que daría vida al grupo infantíl Mazapán.

En varios reportajes señalan que los primeros recitales de Mazapán eran divertidos pero que solamente tenían 3 canciones infantiles y las demás eran composiciones clásicas. Muy concentradas, nadie se movía, parecían estatuas, mencionan en varias entrevistas, y fue Carlos Botto quien en una presentación en la Corporación Cultural de Las Condes quien les sugirió que tocaran sin los atriles. Y el resto ya lo sabemos: istrionismo a más no poder, actuaciones, títeres, música, fueron llenando los espacios en cada una de sus presentaciones hasta la creación de su primer disco de nombre "Cuento y canciones infantiles" del año 1980. La consigna de trabajo era sencilla: nadie por encima de la otra persona, las creaciones son personales y democráticas; había quien escribía, había quien componía, había quien dirigía, había quien aportaba. El grupo se entremezclaba con sus profesiones de profesoras de música, grupos corales y de música clásica y religiosa, y así y todo, había tiempo para el proyecto. De este disco nacen, por ejemplo, los exitos "La vaquita loca" y la covereada por Nano Stern "carnavalito del cien pies", creaciones propias de Lavanchy. Con el paso del tiempo, y el éxito inicial de su primer disco, se asociaron con el programa de educación a distancia llamado "Teleduc" de la Universidad Católica y transmitido los sábados y domingos por el mismo canal. Es así que en 1981 lanzan dos discos: "yo me expreso" y "a la ronda", de donde se puede escuchar una de las canciones más emblemáticas de la agrupación llamada "la cuncuna amarilla". En 1983 lanzan su cuarto disco llamado "vengo a convidarte", donde muestran con gran sabiduría toda su pedagogía musical y la herencia que tuvieron en sus inicios, es decir, música docta, llena de cuerdas e instrumentos de viento pero sin perder la sutileza de recordar que les cantaban a los niños por lo que debían ser más lúdicas y divertidas. 


Fue tal el éxito de sus canciones que TVN, en esos tiempos canal de la dictadura, las llama para ofrecerles un contrato en donde debían emitir un programa de aproximadamente media hora, sumado a que muchos de sus canciones serían animadas. La propuesta de llegar a todo Chile, con canciones infantiles que si bien no se masificaban en las radios sonaban en cumpleaños, en jardines infantiles y hasta se hacían coreografías, no se podía dejar de lado, grabando un nuevo disco en el año 1985 llamado "Saltemos, Bailemos", que finalmente también se transformó en la dinámica con la que hicieron el programa de televisión. Pero dentro de todo lo bonito estaba la parte fea: se mostraban en un canal donde abiertamente se apoyaba al "gobierno" militar y con ello, muchas de sus canciones y presentaciones irían precedidas por estar sonando en ese canal, siendo tildadas de "cuicas", "fachas", entre otros epítetos. En realidad, a ellas poco y nada les importaba pues el plan siempre fue para y por los niños, más cuando habían agarrado ya vuelo;sin embargo apareció un nuevo aniversario del Golpe Militar y Lucia Hiriart lo quería celebrar a lo grande. Es por ello que CEMA - Chile decide usar la Quinta Vergara para hacer un show masivo para los niños de cada una de las filiales de la Quinta Región y el plato fuerte sería Mazapán. Y si, uno pensaría que por haber salido de la Universidad Católica apoyaban al gobierno y que aceptarían de manera inmediata. Con lo que no contaba este canal era de que las chiquillas no apoyaban la dictadura y para ese día todas se enfermaron. Tanto Cecilia Echeñique como Michelle Salazar, en varias entrevistas mencionaron que bajo ninguna circunstancia tocarían para ellos, por más niños y niñas que hubieran. El despido fue inmediato al día siguiente del canal estatal y claramente el programa se acabó, pero con lo que no contaba la plana directiva de TVN fue la acción que realizaron en plena sesión de la directiva en donde entraron con guitarra en mano y cantando la canción "vamos a jugar" (Pablito, pablito, vamos a jugar... no quiero, no quiero, me siento tan cansado) se dieron por pagadas.



Y esto no desarmó al grupo; tras aliarse nuevamente con la Universidad de Chile y la Editorial Universitaria, grabaron dos discos en 1986: "Cantando con Mazapán" y "Esta noche bailaré". Y así fue, suma y sigue, exito tras exito, de una agrupación que supo romper los esquemas generacionales y se ganó la admiración no solo de los más niños, sino también de los más y más y más adultos. La verdad es que seguimos emocionandonos con canciones infantiles que salieron de su interpretación a la necesidad urgente de musicalizar la infancia, una tan difícil en el Chile de aquellos tiempos, y de los anteriores tiempos. No es tampoco dificil entender porqué siguen teniendo tanta fama a pesar del acontecer musical actual, en donde somos bombardeados con música urbana de manera constante, y además donde los valores familiares y espirituales se han ido olvidando (u obviando) con el paso del tiempo. 

Actualmente siguen sonando y teniendo espacios en donde poder mostrar su música. Carmen Lavanchy y Cecilia Echeñique ya no siguen en la agrupación pero esto no significa que dejen de sonar. En su última entrevista hecha a The Clinic, tras ser galardonadas con el premio "Presidente de la República" y de ser reconocidas por la SCD como "Figura Fundamental de la Música Chilena" -y todo en 2024-, el ahora quinteto menciona que si bien ha comenzado a rondar las posibilidades de retirarse a los "cuarteles de invierno", lo quisieran hacer en grande, ojalá con una gira nacional, pasando por varias ciudades. Y es que qué podemos pedir a un grupo de mujeres que de una manera totalmente desinteresada han musicalizado la infancia, haciendo que relacionemos la música "docta" con los rítmos andinos y campesinos, con letras que más que llevar a la reflexión, invitan a querer jugar, corear y hasta saltar. 

Sigamos haciendo "Mazamigos"... sigamos siendo "Mazapán"

1 comentario:

  1. Que interesante! , la verdad no conocía la historia detras del éxito de mazapán. Que triste como terminó, pero como la música es atemporal mazapán nunca morirá :)

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